Los hornos de calcinación están pensados para aquellos procesos analíticos que se ven afectados por las fibras de aluminio u óxido de silicio empleadas en el material aislante de los hornos. Evitan la contaminación de la muestra debido al polvo desprendido gracias a una cámara de sílice fundida.
Este diseño protege las resistencias contra gases agresivos o corrosivos como el ácido sulfúrico, el ácido nítrico o el ácido clorhídrico y reduce la fuga de gases de la purga. Todo ello con una temperatura máxima de trabajo de 1100 ºC.