Los intercambiadores manuales, como su nombre indica, necesitan la asistencia parcial de un operador para funcionar.
Garantizan un agarre fuerte y seguro, al mismo tiempo que permiten una alta adaptabilidad a diferentes efectores finales, como garras de diversos tipos, atornilladores, lijadoras…
Que el operador pueda intercambiar estos elementos en pocos segundos es esencial para favorecer a la cadena automatizada de trabajo, con la que alcanzarás nuevos niveles de eficiencia y productividad.