Es un proceso químico destinado a retirar impurezas, contaminaciones férricas y marcas asociadas a operaciones de termo soldadura o manipulación del material. Esta intervención permite obtener superficies descontaminadas con un aspecto satinado o mate uniforme, limpias, pasivadas y con un nivel de protección anticorrosiva adecuado para su aplicación posterior.
En las primeras etapas del tratamiento se restaura el estado original del acero inoxidable, de manera que conserve su comportamiento frente a la corrosión y mantenga la estabilidad necesaria para su integración en sectores como el químico, farmacéutico, alimentario, obra pública, mobiliario o diferentes ámbitos industriales.
La aplicación puede realizarse por inmersión, pulverización o pincelado, según dimensiones, geometrías y requisitos de cada pieza o conjunto. El proceso se adapta tanto a componentes individuales como a equipos completos o circuitos, y puede documentarse para garantizar la trazabilidad técnica.
Los acabados obtenidos cumplen con las normas ASTM A380, ASTM A967, ASME BPE y UNE-EN-2516, empleadas como referencia habitual en proyectos que requieren superficies controladas y procesos validados.
Caldererías e ingenierías especializadas utilizan este tratamiento para asegurar que sus elementos de acero inoxidable mantienen la durabilidad y las condiciones de limpieza exigidas en sus instalaciones.