Una unidad de bombeo suministra el lubricante a los distribuidores, que dividen el caudal de forma ajustada y progresivamente, (de uno en uno, en serie), entre sus distintas salidas.
Cada salida del distribuidor puede alimentar un punto de engrase directamente o un segundo distribuidor secundario, dividiendo de nuevo proporcionalmente el caudal recibido entre las salidas habilitadas.
Para controlar el funcionamiento del sistema, se utilizan sistemas visuales o electrónicos de control del movimiento de cualquiera de los pistones interiores del distribuidor.