Es frecuente que la industria alimentaria sustituya el volumen de aire en los tanques de almacenamiento de producto por un gas neutro, habitualmente N2. El nitrógeno evita la oxidación del producto y mantiene las presiones equilibradas durante el proceso de trasvase a la vez que evita la posible contaminación por el ingreso de aire.
La presión de diseño de los grandes tanques de almacenamiento acostumbra a ser baja, lo justo para soportar el peso del producto y poco más. Cualquier error en la regulación del nitrógeno o el protocolo de actuación durante el trasvase puede derivar en una sobrepresión o un vacío que deforme o destruya el tanque.
Una solución muy establecida en la industria para evitar la posible destrucción del tanque por sobrepresión es utilizar nuestro disco de grafito RT2 DN50 tarado entre 1 y 1.5 barg a 22 ºC. Entre otras ventajas, este disco está teflonado en el lado de proceso para cumplir con FDA.
El disco se instala en un portadiscos de Inox 136 que suele estar soldado a la línea de inertización.